viernes, 8 de octubre de 2010

Aeronaves hidrantes - parte 2 - los helicópteros


Una parte importante del Plan Nacional de Manejo del Fuego, eran ademas de su gente, los medios aéreos, especialmente los helicópteros que eran (y son) muy útiles a la hora de transportar gente y equipos a la zona del siniestro, generalmente ubicados en lugares de difícil acceso. Los mismos helicópteros también eran empleados con un helibalde, mas conocidos por su marca "Bambi-Bucket", de 500 lts en caso de los Hughes, y de 1000 lts en caso de los Huey, para combate directo de las llamas.

Antes de la implementación de este plan, en los años 80's, tanto el IFONA como la Administración de Parques Nacionales (APN) contrataban los servicios temporales de algunos Fairchild-Hiller FH1100 privados, y SA.315 Lama de las Fuerzas de Seguridad; que a la vez eran usados para otros cometidos, como ser relevamientos del terreno, traslados de guardaparques y actividades de rescate.


brigadistas de Parques Nacionales saltan desde un FH1100, en la zona de Junín de los Andes. (fotografía de archivo).

Durante 1994/95, se alquila un FH1100 a una empresa privada de Buenos Aires, que opera conjuntamente con dos Pilatus Porter de la Gendarmería. Esta máquina, empleada para varios cometidos dentro del P.N. Nahuel Huapi principalmente por casi todo el verano, terminaría sus días en las aguas del lago Gutiérrez, cuando cayó cerca de la costa al poco tiempo de inicio de su segunda temporada de servicio.

Cuando se hace efectiva la implementación del PNMF, temporada 1996/97, comienzan a llegar dos Bell UH-1H de la Fuerza Aérea a la zona, mas un Huges 500C privado, con los cuales se hace en San Carlos de Bariloche una ceremonia de demostración a la prensa, especialmente porteña llegada para la ocasión, durante pleno incendio. Hacía un par de días que se había desatado un foco en la costa del lago, y el fuego ya estaba cerca del mismo aeropuerto, por lo que casi no hubo necesidad de trasladar al periodismo ni a los brigadistas. Gran parte de esta exhibición se realizó sobre las cenizas aún humeantes de un incendio recién apagado por brigadistas.

Al mismo tiempo de esta especie de bautismo para las tripulaciones, llega la máquina mas grande jamás afectada al operativo, el CH-47 Chinook, transportando en su interior un gran helibalde con capacidad de 5.000 lts de agua. A pesar de su tamaño, este balde se podía cargar directamente desde una superficie de agua, como ser un lago, o bien por medio de electrobombas, lo que demandaba un poco mas de tiempo. Según comentarios de la propia tripulación, el tamaño del balde estaba condicionado por la capacidad de bodega del propio helicóptero, pero podía cargar el doble de agua.
Tenía un mecanismo operado desde abordo que permitía descargar el agua ya sea de forma gradual, o bien directamente de un solo golpe.

Eventualmente, esta demostración también sirvió para instalar otra polémica entre los combatientes, pues se decía que con el costo diario de operar cuatro helicópteros, se podría llegar a equipar una autobomba. Cierta razón había en esos comentarios, pero también era cierto que la rapidez de ataque que se lograba con los helicópteros no se reemplazaba con nada.


llegada a Neuquen para reabastecerse de combustible del Chinook H-93, en vuelo de traslado desde Morón (BsAs), el 13 de Febrero de 1997. En su interior transporta el helibalde. (fotografia Fernando Jara)




ya en Bariloche, efectuó demostraciones en un incendio real que sucedía sobre la costa del lago Nahuel Huapi. (foto del diario Rio Negro)




en la plataforma del aeropuerto Bariloche, antes de salir para un vuelo de instrucción en Marzo de 1997. A su lado el imponente "tacho" de 5.000 lts construido especialmente. (fotografía Fernando Jara)




Hughes 500C, (LV-RAI) alquilado a Andes Aviación, aterriza en una canchita de fútbol de Villa La Angostura, luego de relevar un incendio forestal en campos cercanos. (fotografia Fernando Jara)



Para fines de los 90's, la empresa Andes Aviación, que tenía su base en el aeropuerto de Chapelco y era un importante proveedor de medios locales desapareció, tras la muerte de su fundador y una serie de problemas monetarios, así que se debieron traer mas Hughes del ámbito militar.
Nunca legaron a operar mas de tres aeronaves de este tipo en simultáneo, y como el resto de la flota estaban distribuidas por distintas ciudades cordilleranas.

Cuando la Fuerza Aérea incorporó mas UH-1H a sus filas, la cantidad de máquinas en la montaña durante los veranos del nuevo milenio se incrementó. La baja del Chinnok, que dejó de volar cuando volvió a su base habitual para realizarle mantenimiento; fue suplida por mas helicópteros Bell. Estos eran fácilmente distinguibles por tener los portones laterales pintados de amarillo, y las antenas de radio sobre la cabina.


en plena tarea de enfriamiento, un Huey descarga agua sobre una zona de plantas bajas, típicas de los faldeos a gran altura.




demostración sobre el Nahuel Huapi, al inicio de la temporada 2004. (fotografia de Aerospacio y diario La Nación, (debajo))



Técnicamente, la Fuerza Aérea alquilaba los helicopteros y sus tripulaciones a la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, y esta se hacía cargo de proveer el combustible y cubrir los gastos de hospedaje. El mantenimiento de las máquinas corría por cuenta de la fuerza militar. En la realidad, se trataba de una transferencia entre organismos estatales, de un Ministerio a otro.


Un momento de descanso previo a una misión, desde el aeropuerto Chapelco.

scramble!!


Incialmente, las máquinas afectadas mantuvieron sus esquemas habituales de la FAA, como se aprecia en la fotografia de este Hughes, aunque con el agregado de un escudo de color naranja que los identificaba como del PNMF. Años después, se comenzaron a implementar líneas de alta visibilidad en color amarillo, y un escudo mas estilizado. En los Huey, por su parte, se pintaron ambos portones y la trompa del mismo color amarillo.

El último día del mes de enero de 1998, durante el combate de un incendio de bosques en el paraje Aquin-co cercano al Aeropuerto Chapelco, uno de los Hughes 500D (el LV-WFU) de Andes Aviación SA cae a tierra al cuando recargaba agua desde una laguna. Afortunadamente el piloto y su observador de helibalde no sufren heridas al salir de la aeronave, pero el helicóptero resulta destruido.

evacuación de un brigadista accidentado por parte de un Hughes 500D en el helipuerto de Bariloche, ubicado a pocos metros del Centro Cívico. (fotografía del diario Rio Negro)



A pesar de dos accidentes graves, la flota de UH-1H fue la que mas horas cumplió en la tarea, cubriendo grandes extensiones de terreno en tres provincias, ya sea colaborando en la extinción, o bien trasladando personal y carga.


El 23 de enero de 2001, cayó el H-19 durante un vuelo de adiestramiento, con 9 personas en su interior (cuatro tripulantes y 5 brigadistas), en un cerro cercano al paraje Cuyín Manzano y a 1400 mts sobre el nivel de mar. Afortunadamente, fueron divisados y rescatados por otra unidad similar que llegó al poco tiempo, y que además debió sofocar un pequeño incendio forestal producido por el accidente.

Otro hecho, esta vez mas lamentable, sucedió el 18 de noviembre de 2004, cuando otro UH-1H de la FAA (matrícula H-18) se destruye en un accidente a unos 40km de Bariloche, sobre el Cañadón de Villegas, falleciendo sus cuatro ocupantes, todos militares. Regresaba desde El Bolsón donde había dejado un grupo de brigadistas.

Ya para ese año, los problemas de presupuesto de la FAA habían hecho mella en la flota de alas rotativas, y gradualmente los Huey fueron reemplazados por unidades similares, pero operadas por el Ejercito; y la Gendarmería, en la provincia de Chubut. Lo mismo sucedió con la flota de Hughes, que principalmente a causa de sus años de servicio, fueron retirándose a medida que necesitaban mantenimiento.

En la actualidad el Ejercito tiene basado uno o dos Huey II en la ciudad de Bariloche, y son trasladados a donde se requieran; así como los AS.350 de la Gendarmería, con base en Trevelín. Estos son apoyados por el Bell 407 de la provincia de Neuquen, aunque en contadas ocasiones.

Lejos estamos de países como Chile, o España por nombrar algunos, que con menores extensiones de bosques naturales, destinan mucho mas material y presupuesto a estas tareas. Inclusive España ha llegado a alquilar máquinas argentinas para combatir incendios en su territorio, asi como es habitual el tráfico de temporada de varios helicópteros entre Europa y el sur de Chile.


Fernando R. Jara

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