ALA – incidente del Curtiss C-46 LV-GGL (Relato de Hugo Rivero)
Al decolar de Ezeiza para cumplir el vuelo regular de ALA a Resistencia, y Posadas en Octubre de 1967 con 30 pasajeros, dos pilotos y una auxiliar abordo en ascenso a 800 metros se siente una fuerte vibración en todo el avión, de inmediato, en el panel de instrumentos en el techo del lado del copiloto se encendió una luz de alerta indicando que la escalera trasera se eoncntraba abierta. Rivero, quien se encontraba sentado en el asiento del tercer tripulante, abre la puerta de la cabina de mando y observa una gran luz que ingresa en la sección de cola adyacente a la cocina, notando en sus oídos una gran diferencia de presión.
Al dirigirse hacia el sector trasero observa asombrado que la escalera se había abierto totalmente y se apoyaba en sus bisagras contra el fuselaje, Rivero corre hacia la cabina para comunicar la novedad a la tripulación.
Los pilotos solicitan descender en la Base Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, en la localidad de José C. Paz e inician el descenso de inmediato y con precauciones, logrando aterrizar sin novedad. Los pasajeros descienden y son trasladados nuevamente a Ezeiza para reiniciar el viaje en otro avión.
Rivero solicita asistencia técnica y revisa la zona de herrajes, tomas y escaleras, comprobándose que no hay daños de consideración, con precaución se realiza el vuelo ferry hacia Ezeiza. Finalmente, el gancho que asegura la escalera es reparado, ya que se había dañado por las vibraciones que se produjeron con la apertura accidental.
El LV-GGL volvió a volar, este avión era el único de la flota que tenía ese tipo de escalera, esta modificación había sido introducida por L.B.Smith Aircraft Corp. de Miami cuando fue entregada originalmente a Austral.
Datos del avión
Curtiss C-46 A 60CK ex USAF 43-47348, primer vuelo 18 de mayo de 1945, matriculado LV-GGL el 13 de enero de 1959, ex LV-PMA, bautizado “Patolite”, alquilado a Aerotransportes Litoral Argentino (ALA) el 24 de noviembre de 1966, accidentado en Trelew el 9 de julio de 1970.
Agradecimientos: Hugo Rivero
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