Imágenes tomadas por Adolfo Soto en la ceremonia realizada el 1 de junio de 2012 en la Base Aeronaval Comandante Espora con motivo de los 50 años de la escuadrilla que agrupa a los Grumman Tracker.
50º ANIVERSARIO DE LA ESCUADRILLA AERONAVAL ANTISUBMARINA
En el año 1958 fueron detectados
submarinos no identificados en aguas territoriales de Argentina, en el área de
Golfo Nuevo. Fueron atacados por los medios disponibles en la Armada Argentina
y se recurrió también a la Aviación Naval para estas tareas. En ese momento
salió a la luz la grave deficiencia de los aviones disponibles que eran los
viejos aviones anfibios Catalina y los hidroaviones Martin Mariner. Luego de estos
hechos fue evidente la necesidad de contar con una unidad antisubmarina con
capacidad para combatir a esos submarinos no identificados.
Por esta razón la Aviación Naval
adquirió en Estados Unidos seis aviones Grumman Tracker S-2F-1 (S-2 A). Esos
aviones llegaron al país a bordo del portaaviones ARA Independencia y su primer
destino fue la Base Aeronaval Punta Indio. Luego fueron mudados a la Base
Aeronaval Comandante Espora que ha sido su hogar definitivo. En 1978 se
recibieron seis aviones Grumman Tracker S-2F-3 (S-2E) con mejores equipos y
sensores para la lucha antisubmarina. En 1986 estos aviones fueron sometidos a
un proceso de modernización, cuyo cambio mas notorio fue el reemplazo del motor
Curtiss-Wright 1820-82C por el nuevo turbohélice Garret TPE331-15AW. Un avión
se modificó en las instalaciones de IAI en Israel, y los restantes aviones en
servicio fueron modificados en el Arsenal Aeronaval Comandante Espora.
En 1982 durante el conflicto
armado con Gran Bretaña por la soberanía de nuestras Islas Malvinas los aviones
Tracker prestaron un excelente servicio. En vuelos de exploración detectaron la
posición de de la fuerza de tareas británica, información vital para intentar
un ataque con aviones Douglas A4-Q Skyhawk desde el portaaviones ARA 25 de
Mayo. Luego del hundimiento del crucero ARA General Belgrano por el submarino
nuclear HMS Conqueror (S-48) que operaba al Sur de las Islas Malvinas toda la
flota de mar de la Armada Argentina se replegó hacia aguas poco profundas para
evitar otros ataques ya que al Norte de las islas estaban operando los
submarinos nucleares HMS Spartan (S-105) y HMS Splendid (S-106) con órdenes de
hundir al portaaviones ARA 25 de Mayo, en su regreso a la Base Naval Puerto
Belgrano el portaaviones fue protegido por los aviones Grumman Tracker S-2E y
los helicópteros Sikorsky Sea King; en una patrulla de exploración un avión
Tracker detectó un contacto con su radar y luego hubo sonidos hidrofónicos
detectados por las sonoboyas lanzadas al mar, lanzaron un torpedo, los operadores
de los sistemas sensores comprobaron que el torpedo había detectado un blanco
sumergido y se dirigió a él aumentando su velocidad en la corrida de ataque y
su sonar emitió con fuerza para asegurar el impacto en el blanco. No se escuchó
ninguna explosión. Hay dos versiones después de la guerra, una dice que el
submarino convencional HMS Onyx (S-21) fue impactado aunque los ingleses dicen
que chocó con rocas sumergidas, y otra es que uno de los submarinos nucleares
fue impactado y que se retiró del área de operaciones para hacer reparaciones en medio del Océano Atlántico.
En la actualidad los buhos,
sinónimo de aviones Tracker siempre están listos para el combate a pesar de los
problemas e inconvenientes. El adiestramiento constante hace de esta unidad de
la Aviación Naval una de las mejores escuadrillas por su actividad en vigilancia de nuestro mar.
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