Un prehistórico LV-FSA con un esquema atípico de Austral, notar en la deriva la leyenda "MONDER S.R.L.", este avión fué el aporte de Aerovías Monder a la recién creada Austral La Companía Austral de Transportes Aéreos comenzó a volar con cinco vuelos semanales entre Aeroparque y el sur del país, además quincenalmente había un servicio carguero.
En un principio se utilizaron tres Curtiss C-46 acondicionados para transportar 54 pasajeros con el objetivo de movilizar aproximadamente 270 personas en cada sentido.
El 22 de enero de 1958 se realizó la ceremonia de bautismo de las máquinas, ceremonica presidida por el Ministro de Aeronáutica, el presidente de Aerolíneas Argentinas, por parte de Austral estuvieron presentes el Presidente Carlos A. Menéndez Behety, el Vicepresidente Alberto H. de Ridder, y los directores Oscar Braun Menéndez, Francisco de Ridder y Julio Lezcano.
El LV-PEV antes de ser LV-GEB en la ceremonia inaugural (Foto: Revista Argentina Austral)
Las madrinas fueron la señora del Ministro de Aeronáutica para el “Pingüino” (LV-GEB), la señorita Mónica de Ridder para el Curtiss bautizado como “Caiquén” (LV-FSA) y la señora María Menéndez Behety de Campos Torrealba para el “Petrel” (LV-GED).
En el mismo acto se colocaron las insignias de “Austral” a los pilotos Alan Withington, Ernesto Wood y Oscar L. Sundt, dichas personas eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial que como voluntarios argentinos combatieron para la Royal Air Force.
Antes de iniciar los servicios se realizó un vuelo experimental que llegó hasta Río Gallegos y Río Grande, haciendo escalas intermedias, en Comodoro Rivadavia hubo más de mil visitantes observando el avión y se realizó un vuelo local con pasaje completo que duró una hora.
En las distinas ciudades donde el vuelo hizo escalas las autoridades de la empresa rindieron a los pioneros de la Compagnie Generale Aeropostale y de la Aeroposta Argentina, el propio Carlos Menéndez Behety, presidente de Austral dijo:
“..rendir homenaje de mi emocionado recuerdo a los pioneros de la aviación comercial en el sur, que con dolor y sacrificio abrieron las rutas de la patagonia para el servicio aéreo, primero a la línea que en 1930 inauguró hasta Río Gallegos el señor Marcel Boillaux y de inmediato a su continuadora, la Aeroposta Argentina que presidida Ernesto Pueyrredón - a quien tuve el gusto de acompañar como tesorero-, durante 20 años sirvió con entusiasmo y eficiencia al Sur argentino. Todos tenemos presente la obra fundamental que realizó Aeroposta Argentina, con sus viajes, primero heroicos siempre regulares, sin ningún accidente..”.
El primer servicio regular se realizó a las 2 de la mañana del 23 de enero de 1958 cuando el Curtiss “Super C-46” LV-GEB “Pingüino” al mando del Comandante Wood y con Oscar Sundt como copiloto, partió del Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires cumpliendo el vuelo 800 con destino final Comodoro Rivadavia con escalas en Bahía Blanca (donde aterrizó a las 11.40 hs.) y Trelew.
Para marzo de 1958, la programación de vuelos era la siguiente:
Los días lunes y miércoles, el vuelo salía de Aeroparque (Buenos Aires) a la 1 de la mañana, llegaba a Bahía Blanca a las 3.10, partía a las 3.30 rumbo a Trelew, arribando a las 5.40, a las 6.10 proseguía viaje a Comodoro Rivadavia, aterrizando en esa ciudad a las 7.30.
Los días martes el vuelo partía de Buenos Aires a las 2.10 hs., llegaba a Comodoro Rivadavia a las 5.40, arribaba a Río Gallegos a las 8.35, finalizando en Río Grande a las 10.10horas.
El día jueves el vuelo partía de Aeroparque haciendo escalas en Bahía Blanca, Trelew, Comodoro Rivadavia y finalizaba en Río Gallegos a las 9.55 horas.
Finalmente, los viernes el vuelo hacía Buenos Aires – Bahía Blanca- Comodoro Rivadavia – Río Gallegos.
El slogan publicitario de la empresa era: “Un esfuerzo de iniciativa privada para el progreso de la Patagonia”.
Primer vuelo a Punta Arenas Austral supo continuar lo que en Aeroposta era el “Espíritu de la Línea” y una de las tantas anécdotas Frank Wood (piloto) confirman ese sentir:
“ Debido a los fuertes vientos, habituales en el sur, en Río Gallegos, era necesario a veces entrar en la pista con rumbo de despegue, con el avión alineado se trababa la rueda de cola, se bajaba el flap, se dejaban los frenos libres y con la potencia de los motores totalmente reducida, el avión retrocedía hasta llegar a la cabecera y de allí despegaba..”, “.... no era una maniobra normal pero era usualmente práctica para no tener que esperar que el viento amainara, ya que podía durar todo el día hasta la noche. Por otra parte este procedimiento no involucraba riesgo alguno por ser una vieja técnica de los Laté XXV y XXVIII, Junkers JU-52 y Douglas DC-3..”.
Gonzalo Carballo
NOTA RELACIONADA en ROLL OUT.Fuentes y agradecimientos: Reportaje a Carlos A. Menéndez Behety - Revista Argentina Austral, año 1958-, Diario La Nueva Provincia 1958, Libro inédito “Para Qué ( for Watt)”, 1992 de Tito Withington, Claudio Meunier.